Es una carta de agradecimiento al deporte haciendo un paralelismo con la vida.

 

Gracias golf por:

Tener reglas claras e inapelables.
Hacerme paciente.
Enseñarme a dominar los impulsos.
Permitirme aceptar al otro y ser tolerante.
Dejarme comprender que no todo es definitivo, ni la gloria ni los fracasos.
Someterme con humildad a tus caprichos.
Tenerme siempre reservada otra oportunidad.
Haberme regalado por igual sonrisas y disgustos.
Enseñarme a disfrutar cuando otro juega bien.
Aceptar la contrariedad, sometiéndome a ella.
Aprender que sos como la vida, con formato de juego.
Mezclar en tu misterio a jóvenes con viejos.
Mostrarme que nunca se termina tu aprendizaje.
Tu esencia democrática llamada handicap.
Que tres centímetros cuenten igual que trescientas yardas.
Convencerme de que la enseñanza nos mejora.
Mostrarme que amigo y enemigo viven dentro de mi.
Que en tu disciplina no cabe declamación ni la arrogancia.
Enseñarme a superar la contrariedad y el error.
Que comprenda que éxito y fracaso están a centímetros de distancia.
Desenmascarar a tanto neurótico encubierto.
Que el que juega conmigo hoy, ayer fue mi rival.
Agradecer los cientos de kilómetros caminados tratando de descubrirte.

 

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